jueves, 18 de septiembre de 2014

SALSA ROSA

Por Daniel Hernández García
 

Dicen que el ser humano es el único ser capaz de tropezar dos veces con la misma piedra. Igualmente, somos capaces de sacar lo peor de la condición humana y utilizarlo contra nuestro mismísimo adversario. Esta idiosincrasia del hombre es fácilmente aplicable a todos los ámbitos de nuestra vida, haciéndose más ver en todo aquello que traiga consigo la competencia entre distintos actores. El análisis que centra mi atención en esta columna semanal es lo referido a los medios de comunicación.
El simbolismo y significado de los medios de comunicación, se traduce como, mecanismos de presión para intentar cambiar el orden establecido o intentar enderezar el rumbo del poder imperante. Todo aquello debe estar guiado bajo el prisma de la racionalidad, coherencia e inexistente de etiquetas ideológicas gratuitas.
Conforme uno avanza y profundiza el significado anteriormente desgranado se empieza a dar cuenta de la poca relación en materia comunicativa en nuestro país. Hacía hincapié en aquello de sacar lo peor de la condición humana cuando el periodismo gira hacia el establishiment y se aleja de los parámetros de “mecanismo de presión”, poniéndose al servicio de las élites políticas y económicas del país.
Al lector le sorprenderá que ande por caminos que quizás no estén en la primera plana de la actualidad española, pero lo veo como algo necesario. Mi crítica se centra en los desvaríos de los distintos medios comunicación, alejados de la racionalidad que siempre debe imperar en las distintas posiciones, así como su pérdida de personalidad de denunciar aquello que considere injusto o haga enderezar el rumbo anteriormente citado.
Todo esto me viene a cuento por la decadencia de los medios, más presentes en mostrar las continuas batallitas partidistas, rompiendo una continua lanza en cuanto a lo referido al eje izquierda-derecha, obviando y menospreciando aquellas traperías que los distintos partidos políticos proceden a sus ciudadanos. No se puede dejar tampoco de lado en el centro de atención de esta crítica a las cadenas televisivas, sobre todo cuando se hacen de rogar y depender del partido que gobierne, lo cual las hacen convertirse en televisiones al servicio del régimen (lo que llamo el NODO continuo).
Es digno de reseñar el sensacionalismo que cada se extiende más en todos los ámbitos. En lo referido a política, se deja de lado la crítica constructiva y el poder de persuasión a nuestros políticos, para dejarles en bandeja la posibilidad de tener a sus tertulianos, que son capaces de defender lo indefendible, solo por mantener la imagen bonita de las siglas.
No podemos obviar la determinación y el sentimiento ideológico de cada persona, algo totalmente incuestionable, pero no por ello debemos de abandonar la coherencia y la racionalidad imperante del ser humano, y empezar a ver más alla del paradigma del sentimentalismo barato y bananero de la izquierdización o derechización. Pedir más a los medios de comunación la suficiente libertad para denunciar todo aquello que considere injusto, por mucho que su corazón navegue por las turbulentas aguas del mar político.
En definitiva, que los medios de comunicación centren su información en todo lo referido más arriba. Y como decía un gran entrenador de fútbol, cuando le preguntaban sobre los problemas de vestuario: “Ese tipo de preguntas a salsa rosa”.

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