lunes, 25 de agosto de 2014

La unión frente al hambre del poder

Por Daniel Hernández García


La coalición entre UPyD y Ciudadanos no viene coleando desde ahora. Son ya muchas las voces que vienen pidiendo la unión de ambas fuerzas constitucionalistas para apostillarse así como la famosa “tercera vía” ya imperante en diversos países de la UE o el resto del mundo.
Sin embargo como toda unión o matrimonio (forzoso para algunos), surgen voces discordantes. La clave radica es que una de las partes de la unión, sus clases dirigentes ya se han manifestado, y no con miras positivas a la coalición. Desde la formación magenta, no están muy por la labor de aliarse con Rivera y los suyos.
Haciendo un breve análisis del porqué de esta negativa, llego a la conclusión de que la anterior implementación a nivel nacional de UPyD, así como la fuerza y el tirón de Rosa Diez (eso sí, cada dia decayendo) son índices más que suficientes para determinar la razón de caminar solos.
Todo esto viene a cola estos días, tras la declaración de Francisco Sosa Wagner en la cual resaltaba “la necesidad en estos momentos de unir fuerzas con otros partidos en la misma sintonía”. Unas declaraciones que ni por asomo en su momento Wagner pensaría que iban a ser tan incendiarias como lo han sido.
Estas declaraciones  han sacado a relucir el hambre de poder de los dirigentes de la formación magenta amparándose en declaraciones absurdas tales como “el proyecto de ciudadanos es tan solo en el ámbito catalán” así como que “Ciudadanos pretende aprovechar el crédito político de UPyD, para abarcar mas electorado”, por no hablar de las descalificaciones al propio Sosa Wagner.
Todo lo contrario dentro de sus afiliados, los cuales no verían con malos ojos una posible coalición con la formación que preside Albert Rivera, de cara a elecciones futuras. Es de obviedad la “SI” correspondencia de ciudadanos a posibles pactos con UPyD, ya que han sido numerosas veces el ofrecimiento del mismo Rivera, así como los principales dirigentes e incluso, gente que apoyo tanto a UPyD como a C´s, en sus inicios fundacionales.
La opinión que merece este consecuente columnista, afiliado a la formación ciudadana y que en su corta vida como votante en esta “partitocracia” dio su voto a la formación de Diez, es de clara obviedad mi más sincera aprobación por una coalición futura entre ambos partidos constitucionalistas.
Quizás haya divergencias ideológicas y en programas políticos, pero son más las semejanzas que las diferencias muy salvables entre ambas formaciones. Es de mayor lógica y racionalidad acercar a la arena política una posibilidad muy atractiva a la ciudadanía y a la sociedad civil en general, que busca tanto una mayor libertad (en todos los sentidos) y una sociedad basada en la meritocracia, así como una igualdad de oportunidades REAL entre todos los españoles.
Se hace necesario reclamar la famosa tercera vía, que a unos les parece la más conservadora del mundo mundial y a otra parte una manera edulcorada de los populismos mesiánicos imperantes en otros países, que no deja de ser más allá, una profunda ignorancia a lo referido a la superación del eje izquierda-derecha.
No voy a negar que UPyD tenga razón en lo referido a que en su debido momento, C´s solo actuaba en termino autonómico, pero si fuera afiliado o dirigente de la formación magenta no dudaría en pactar con Rivera y los suyos, ya que el ascenso durante estos años de ciudadanos, ha sido bastante amplio, traducido en buenos resultados en las elecciones europeas por ejemplo. En distintos medios de comunicación se han hecho eco de la noticia y han calculado la estimación de cuantos escaños obtendría esta posible coalición, y pelearía nada menos que por ser la tercera fuerza política del país.
Asi que pediría a la señora Diez, así como otros tantos (no me olvido del artículo “pasado de rosca” de Irene Lozano hacia Sosa Wagner), que miraran con atención la posibilidad de relanzarse de manera definitiva como “tercera vía” de la mano de ciudadanos, así como aprovechar un tipo de electorado más racional, con propuestas más viables que quiere escapar del inmovilismo actual, que no piensan en que esto se arregla con reformas bajo la tutela de “medianías” políticas, pero que tampoco quieren avanzar hacia propuestas más extremistas y populistas.
Rosa Diez y cía solo tienen que mirar el eslogan de su anterior cartel “La unión hace la fuerza” y aplicarlo de una manera íntegra, y abandonar el titular de este artículo, que numerosos votantes así como “los otros”, lo veríamos con buenísimos ojos.

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