jueves, 12 de marzo de 2015

El ciclo de la vida

Por Daniel Hernández García 



Todo lo que gira alrededor nuestro y forma parte de lo que llaman el ciclo de la vida. Esto es: naces, vives, te desarrollas y abrazas a la inevitable muerte. Quizás determinados pasos en nuestra vida pueden evitarse si tomamos decisiones inteligentes a tiempo. Hacer ejercicio, no consumir drogas, beber 2 litros de agua al día, comer fruta y verdura... en definitiva, llevar una vida sana. Si aplicamos este símil al tema que nos atañe en cuestión, que es la política, bien puede cumplir las premisas anteriormente citadas, y posponer y tener una muerte más digna o prospera. 

Allá por el 1977, mientras la ciudadanía española se desperezaba y despertaba de su letargo de 40 años de atraso cultural y falta de tacto democrático, nació un partido que trato de aunar diversas corrientes del primerizo panorama político español. Ese partido era la Unión de Centro Democrático, o más brevemente UCD, liderado por quizás el mejor y mayor patriota, y no sólo de bandera si no de todos los españoles, Adolfo Suárez

Aquel experimento duró lo que tuvo que durar. Un soporte, un espacio de cohesión, diálogo y consenso que se tradujo en posteriores años de prosperidad y modernidad para nuestro país.

Sin embargo, el tablero de ajedrez político estuvo bajo la tutela del PP y el PSOE, repartiéndose la tarta durante el resto de nuestra democracia. Los abuelos, posteriormente los padres y ahora los hijos, han estado gobernándonos durante estos años. Ahora, aplicando la teoría del ciclo de la vida, nuestro sistema político y gubernamental está condenado a la reforma/ruptura profunda o, de lo contrario, la muerte puede ser lenta y muy dolorosa (por no olvidar la aparición de viejos fantasmas pero por ahora no corremos esa mala suerte). 

Durante este año pasado y este especialmente, los actores del tablero del ajedrez han sido golpeados por unos que piden paso. Jóvenes, frescos, atrevidos, trabajadores y con talento. Por un lado, aquellos que quieren destruir y revertir en revoluciones que tal vez no sean la mejor solución para España, y por otro, otros tantos que quieren salvar lo bueno que queda de los años pasados y reformar este país, colocándonos en el estrellato, como si Marlon Brando volviera a pisar la alfombra roja de Hollywood

Lógicamente, a través de los nuevos caballos de batalla, serán los que marquen el ritmo del cambio en nuestro país, reformando una tras otra los cauces por donde llega y no debe llegar el poder político: Justicia, Educación, Administraciones, Ley Electoral y dentro también entraría la forma de gobierno, la eterna pugna y mal expresada República vs Monarquía. En definitiva, buscar los atajos que nos lleven hacia la modernidad y al estrellato anteriormente citados, ya sea por una vía u otra.

Sobre la mesa ya se dispone de los nuevos actores, que muestran el síntoma de decadencia de los dos viejos caballos de batalla, y del surgimiento de una nueva oleada que pide esperanza y cambios para nuestro país. Como decía Aristóteles: "La esperanza es el sueño del hombre despierto" y el pueblo español ha decidido enderezar por sí mismo su rumbo, como marca este 2015 tan apasionante.

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