martes, 17 de marzo de 2015

Andaluces, hagan juego

Por Daniel Hernández García


Este domingo 22 está marcado en el calendario como la primera de las citas electorales del año. Las elecciones andaluzas nos servirán como termómetro del momento político actual, donde este 2015 ha supuesto un cambio radical en lo que se refiere a posibilidad de que un partido político sea relevante en materia gubernamental. Hemos pasado de un sistema claramente bipartidista, donde dos grandes partidos que se han ido repartiendo las cuotas de poder pertinentes, hacia un sistema de cuatro partidos, en el cual dos de ellos han tirado la puerta abajo sin miedo a lo que puede conllevar.

Sin menospreciar a Izquierda Unida, del cual Andalucía es una de sus mayores sponsors electorales, todo apunta a que tanto Podemos como Ciudadanos pueden ser la llave de gobierno de los 2 grandes. En principio, las encuestas otorgan la victoria a Susana Díaz, aunque sin la mayoría necesaria para gobernar, lo cual apunta a que tenga que echar mano de la “ingeniería política” y mover los engranajes comunicativos hacía los dos partidos anteriormente citados. La clave está en si los primerizos Podemos y Ciudadanos están dispuestos a dar su mano a unas siglas manchadas durante 40 años en Andalucía.

El poder en Andalucía ha estado claramente copado bajo el mismo partido durante 40 años con el apoyo de IU, donde últimamente no corren vientos en su favor. La coacción emanada desde los órganos de poder y en este caso más concreto en las CCAA y ayuntamientos han conllevado a ser el ejemplo de tantos años bajo el mismo aparato, sin más alternativas que la misma durante todo este tiempo. La creación de redes clientales entre los gobiernos han ido anidando en las administraciones creando una tormenta perfecta para el nacimiento de casos de corrupción. El caso de los ERES no ha sido nada más que la viva imagen del inmovilismo que han llevado los gobiernos tanto el Partido Popular como el PSOE. Lógicamente para aquellos que llevan las “mochilas” vacías, les va a resultar complicado aceptar la mano, por muy apetecible que sea el sillón de una consejería o administración (y si no, la ciudadanía estará encantada de recordárselo).

Por otros lares la cosa no marcha tan bien tampoco. A los populares se les sigue pasando factura por ser el partícipe de la decadencia o más bien, la poca decencia del sistema político, y más concreto, de los políticos actuales. Si esto le sumamos que Andalucía para el centro/derecha y derecha española ha sido su talón de Aquiles durante toda la democracia (Arenas sigue soñando con San Telmo), no pintan las cosas muy bien para ellos. Y claro, últimamente se agarran a despotricar contra lo nuevo, haciendo uso de “PP o muerte”.

Viendo este panorama y las palabras de este humilde columnista, cualquier andaluz se acerca el próximo domingo a un colegio electoral. Sin embargo, creo que el pueblo andaluz dispone por primera vez de una oportunidad única para cambiar el rumbo de una tierra muy castigada y expoliada durante tantos años. Creo y quiero creer que los ciudadanos andaluces cogerán el toro por los cuernos y serán la punta del iceberg que recorrerá nuestro país, sacudiéndose todo lo malo y dando paso a una nueva generación de políticos que no tengan miedo en perder su silla y sean verdaderos súbditos del “populacho”. Sin más dilaciones solo decir; andaluces, hagan juego.


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