Mucho se ha y he hablado estas semanas de los borradores de Podemos, del futuro político, ético y organizativo de la formación que tantos quebraderos de cabeza están dando a los partidos tradicionales, y que ponen patas arriba las encuestas de intención de voto cada mes.
Nunca he ocultado mi apoyo, y también fui de los que decidieron declarar que se pondrían en el patio de butacas si los borradores de Claro que Podemos, del equipo de Pablo Iglesias, los presentados por Pablo Iglesias, J.C. Monedero, Íñigo Errejón, Carolina Bescana y Luis Alegre, no eran los elegidos para continuar el camino iniciado hace unos meses por el propio Iglesias. Unos borradores apostando por el continuismo, ese que nos ha llevado hasta aquí, por la coherencia, la sensatez y el compromiso con la ciudadanía. Unos borradores en los que prima el control de la situación y elegir los escenarios adecuados, nunca los forzados. Pero nunca mi negativa a seguir siendo un actor de la obra por no aceptar una votación, sino por coherencia, por querer que los compañeros que sí apostaban por ese modelo de partido, tuvieran la oportunidad de demostrar a los compañeros que su apoyo era consecuente con su ideario. Digamos que si votamos una cosa está bien que la defienda y represente el que la propone y los que la defienden.
Por eso somos diferentes, por eso somos la generación sin miedo, y por eso un 80% de los votos han ido a parar a ese borrador, porque sabemos decir NO. Han pisoteado nuestros derechos, han acabado con nuestro futuro e incluso pretenden hacernos olvidar nuestro pasado. Han conseguido que no tengamos nada que perder y mucho que ganar y en ese juego una palabra y una negación nos hace todavía más fuertes. Porque queremos cambiar las cosas, y dentro de ese escenario, no nos importa decir NO, dar un portazo a tiempo o enfrentarnos a cualquier rival por grande que sea. Porque ya no tenemos miedo, porque sabemos decir NO y vosotros habéis dicho SÍ.
Pero es momento de ser coherentes y seguir construyendo, nadie sobra en este barco y todos los compañeros que han defendido con coherencia y respeto sus borradores e ideas tienen una puerta abierta, tanto aquí, como en la puerta de los 90.451 compañeros que han apoyado esta propuesta. Ahora debemos estar más unidos que nunca, seguir sumando mayoría y no permitir que nadie divida este movimiento. Que nadie venga a desunir, porque sabemos decir NO. Que nadie venga a imponer sus ideas, porque sabemos decir NO. Y que nadie se atreva a zancadillear nuestras ilusiones, porque es lo único que nos queda, y contra las ilusiones es imposible combatir.
Y que nadie nunca lo olvide, hemos aprendido a decir NO.

 
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